LA FERIA DE MALOCAS

Por Alberto Baquero Nariño

Definir los eventos para especializarlos según su naturaleza, es un excelente comienzo. Hay diferencia entre un torneo, un encuentro, un foro, una fiesta patronal, un festival, un concurso o una feria. Pero alrededor de una fecha aniversaria, suele existir una montonera de escombros. Esta feria de Malocas de 2012, al priorizar el intercambio agropecuario y su exposición, redujo su costo alrededor del 30% de las anteriores. En ella, lo distinto al objeto del evento fue accesorio.
El lunar del evento académico es continuar invitando funcionarios que vienen con un sartal mendaz de argumentos reciclados. Anuncian que llega Monsanto, una tétrica multinacional protectora de dictaduras. Solazarse con ese tipo de seguridad inversionista es negociar con el demonio. Se dilapidó así un porcentaje del valioso tiempo colectivo en Maloca Académica, como en los anteriores foros de la altillanura, con gerencia y contratistas de Bogotá.
Decir que el TLC con los gringos es una maravilla para la agricultura, es una grosería. Sabemos que toda la agricultura en USA y en Europa tiene ingentes subsidios, mientras que acá, se roban las tierras, la intermediación con insumos y productos se lleva el 80% de la ganancia y el Estado no garantiza la seguridad. No obstante, esta Feria pudo hacerse, con un estilo respetuoso de los horarios, aunque sin lograr zafarse de dar incienso al alto gobierno, raponero de las regalías y concentrador fiscal, en contravía constitucional.

CHAMANES

Por Alberto Baquero Nariño

El racismo aflora virulento en los medios, a raíz del rezador de aguaceros. Ellos, anclados en la exégesis de las malas noticias, ven en ello una forma de desvirtuar la verdad pluriétnica y multicultural de la Nación. En cambio, los conceptos erráticos de los gurús de la economía, de la política y de guerra interna larvada, que se embolsillan millonarias sumas año a año sin atinar, siguen reciclando sus desaciertos. Los auténticos chamanes, son sabios en su entorno, pese al desdén mestizo por el indio, por sus creencias y saberes.
El hambre de los indios en Puerto Gaitán y en Caño Mochuelo, tiene relación directa con la interrupción terrateniente del ciclo recolector, lo cual ocurre con auspicio del Gobierno Central. Los indígenas son inermes ante las pestes que trae el mestizo, desde gripa, venéreas y el modelo de producción ampliada del capital.
El etnocidio que se comete desde hace varios años contra los Nukak, se orquesta por coqueros y colonos. La ineficacia del Gobierno es total. La perversidad de la plutocracia privilegia la expansión del modelo de plantación y de extracción, sin respeto a los ocupantes milenarios y/o tradicionales del territorio. Los corifeos hacen loas a la pasión inversionista, rifando el país al mejor postor, porque quienes aprueban esas inversiones se vuelven nuevos ricos.

Coloquios: Crisis en SAYCO.

Por Alberto Baquero Nariño
Esta institución es un haber de nuestros autores y compositores, razón que nos obliga a defenderla, para que no desaparezca, pese a que el destituido gerente y sus juntas directivas de bolsillo, incurrieron en dolosos manejos. Como consecuencia se teje la eliminación de su personería. Entre telones, empujan la idea, los grandes empresarios del espectáculo incrustados en la radio y la televisión, con ayuda de los huérfanos del poder de SAYCO, que son tres o cuatro compositores de menor relevancia, quienes le echan gasolina al fuego.
Los excesos propiciados por SAYCO, parten de hacer fastuosas asambleas de socios de tres días, compra y manipulación de votos, construcción innecesaria del edificio en Bogotá, contratación con sobre costos, etc., etc., según dicen las autoridades que investigan a la administración.
El contraste es el rudo abandono a nuestros grandes valores que año a año desaparecen en la indigencia. Si se malgastan los recursos, el dinero va a los bolsillos de quienes mandan en SAYCO y las migajas quedan para aplicar subjetivamente, un reglamento manipulado políticamente, donde el que siempre pierde es el compositor.
Defender a SAYCO es un deber tan importante como limpiarlo del mugre que lo ha manejado desde hace muchos, muchos años. Los compositores tienen la obligación de hacerlo. De lo contrario llorarán de rodillas como Boadil.