viernes, 5 de octubre de 2012

De la manipulación al pataleoAlberto Baquero Nariño Cuando Cristóbal Lugo acomodó a sus intereses hace dos años el Estatuto General de Unillanos, no se sabía de su pretensión rectoral y nadie la presumía, dada su precariedad académica. Este año, al manipular las convocatorias electorales, se le escapó, que él también podía quedar inhabilitado y se auto eliminó. Al renunciar tarde, se privó también del voto amarrado de su relevo en el CSU. Lugo, seguidor de Wilmar, aspira ahora al beneplácito de Alan Jara, dizque para cambiar el veredicto: Solo dos aspirantes cumplen requisitos, Esperanza Duque y Óscar Domínguez. Él se ahogó con sus propias reglas. Deben castigarlo por garoso, al quedarse mamando hasta el último minuto del último día. El pataleo pretende echar abajo al acta de la Comisión Asesora del CSU. Dicen que si no es él, acomodarán a otro, de esos que no cumplen requisitos. Romper la autonomía universitaria, ratificada por la Corte Constitucional y adaptar el fallo al interés particular, es jugar a la “tramparencia”, para negar ideales y prácticas de buen gobierno.