Del fundamentalismo al caos

Del fundamentalismo al caos Alberto Baquero Nariño El mundo involuciona socialmente hacia el caos. Anda de la mano de purismos raciales, de fundamentalismos totalitarios, de fragmentación de los credos. Se propaga al tenor de la deidad dinero; afirma que llegó el “fin de la historia” y el “fin del mundo”, para fomentar temores colectivos y elevar falsas plegarias. Manipulan ley y democracia en busca de legitimación. La reciente muestra mundial aterra: nazis contra judíos, serbios contra bosnios y kosovares, hutus contra tutsis, chiítias contra sunitas y kurdos, especuladores miserabilizando a los campesinos, apartheid, guahibiadas. La escisión patrimonial siembra células militantes cuya tendencia va hacia un exacerbado fanatismo, de sectas, barras y pandillas, que suplen escenarios políticos, ortodoxia religiosa, sentido de país, apegos familiares. El foco endogámico que pulula, tiene uniforme, bandera, himno y lema, que la confrontación manipula y convierte en ciega idolatría por íconos con pie de barro, equipos o grupos heterodoxos. Y crean enemigos irreconciliables.