martes, 6 de septiembre de 2011

DILEMAS POLÍTICOS

Por estas calendas hierven las campañas. Los candidatos tienen estampas positivas y frases de impacto; invierten sus recursos, consiguen apoyos, hacen préstamos, llaman a la familia, convocan a sus amigos, vecinos y paisanos. El delirante corre-corre es diario. Cada voto se lucha. El comercio se dinamiza con pancartas, murales, afiches, camisetas, gorros, sonidos, refrigerios, arriendos, actos masivas. Las emisoras están de plácemes.
Los escépticos critican. Molano dice que ésta es una “peligrosa democracia en peligro”, dada la absurda concentración del ingreso y la riqueza. Se sabe que si la izquierda participa, la masacran. La realidad niega con rudeza, que la política es el arte de gobernar.
En medio de la violencia, de los asaltos de cuello blanco y del empobrecimiento de las mayorías, el dilema subraya, que es hermosa la libertad de discernir y decidir libremente por quien votar, pero el libre albedrío -tesoro de la persona- se dilapida con la sucia compra-venta y con la abstención. Está demostrado que si el comprador gana, en el gobierno no caben los prepago, ni el pueblo. El poder será exclusivo de los pocos financiadores de la compra-venta. Es el espejo actual de la inexorable ley mafiosa.

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