martes, 8 de mayo de 2012

Libro de Eusebio Prada Por Alberto Baquero Nariño Este líder campesino participó en Sumapaz en el éxodo al Llano desde el Tolima, en los años “sin cuenta”. No obstante se asentó en Villavicencio a partir de 1970. Fue diputado del Meta en 12 períodos entre 1970 y 1986 en nombre de la movimientos de izquierda, el último de ellos la Unión Patriótica. El 10 de noviembre de ese año a las 6:00 a.m., le dieron once tiros, frente a su casa del barrio 7 de agosto de Villavicencio: “Me mataron, pero no me morí”, relata. Era el tenebroso genocidio de la UP. Pensar distinto a la derecha latifundista, es cargar una lápida. Sus manuscritos los publica la Editorial Aurora en 2008, bajo el título “La vida que vivimos”. Es una crónica de hechos, fechas, protagonistas y contextos reales. Describe su trasegar de militancia, de participación, de intuición, de alianzas, de valor y de penurias, compartidas con su esposa Teresa Matiz, a quien admira por la convicción de sus ideas y el compromiso en la lucha. Sus hijos Abelardo y Eunice son esencia y bálsamo en aquellas extenuantes travesías. Leer este texto me recuerda la época de mi rectoría de Unillanos, cuando Abelardo era el representante profesoral en el Consejo Superior. Si bien, teníamos diferencias, la tarea enjundiosa de liberar a la Universidad del clientelismo, identificó los rumbos. Quiero escuchar a Eusebio para conjurar un ciclo del rudo y necio olvido.

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