martes, 13 de octubre de 2009

El salvador de alevinos

El programa DRI con Unillnos se pone en marcha en 1986 y termina en 1991. En abril de 1987 el programa DRI-UNILLANOS realiza con sus expertos en medio artificial la fertilización de huevos de cachama blanca, relata el Alcaraván. Entrada la noche, en la pileta ocurre la trepidante eyaculación del macho, para que la hembra ponga infinidad de huevos. Se comparte alegría con Walter Vásquez y su equipo formado por el biólogo Alfredo Arias, la profesora Marta Hernández, con la ayuda de Luis Martín Herrera “alias el diablo”. Solo falta un ángel. Tal logro se replica a los tres días y luego en varias ocasiones.

Dice el Tigre, que en el trasplante a los estanques a cielo abierto, surge un problema, porque los odonatas (libélulas) son predadores que matan a los alevinos. Toca sacarlos de inmediato de los estanques de tierra y llevarlos a las piletas del laboratorio.

Ya a salvo cerca del 60% de ellos, hay que alimentarlos, pero la dieta anda apenas en proceso. Como Rector, afirma el Alcaraván, convoco al personal e informo sobre esa muerte probable por inanición. En la U, las buenas respuestas se hallan en el saber y por esas calendas Jorge Ortega, profesor de suelos, experimenta nutrientes a base de soya. A regañadientes le digo: ¡Profesor, vuélvase ángel y salve Usted a los alevinos! Para él, tamaño reto es difícil, dado el alto riesgo. Pero lo asume en la savia del saber del cual somos testigos y su dieta los nutre durante dos semanas.

Ese año, se venden 17.000 alevinos a los usuarios campesinos del programa. Gregory Nielsen asesora el Programa dado que en 1986 reproduce la cachama blanca en su finca “Las Brisas” vereda las Mercedes, Villavicencio. Quien pensaría que aquel germen de vida también fertiliza un auténtico proceso misional paradigmático, que integra en orden riguroso investigación, proyección social y docencia, para llegar luego de 22 años de Acuicultura a la Maestría y tal vez en 2013, al Doctorado.

Un año después, recuerda el Tigre, invitamos a la Directora de Biotecnología de la U Nacional Dolly Montoya a degustar un plato de cachama, en una de las 150 fincas que en el inicio adoptan el programa. El precio de nuestro alevino está acorde con el bolsillo campesino, por ser un modelo de fácil transferencia. Hay impacto positivo y tangible: Mejora la dieta y diversifica la economía campesina. Gobierno y Universidad cumplen una loable tarea.

El programa fomenta la construcción de 1161 estanques en 669.000 metros cuadrados de espejo de agua y siembran 1.137.290 alevinos. Son 5 municipios del Ariari, 7 del Piedemonte, 1 de la cordillera y 1 de la altillanura los que entran al programa. El programa tiene tal éxito que en 2009 hay 5.5 millones de metros cuadrados de estanque de los cuales en producción está el 70 por ciento, con una producción de 7.5 millones de toneladas de carne al año. Aunque la producción de alevinos de cachama se ha incrementado, su participación en el total que es de 42.000.000 de alevinos, ha disminuido en un 20%. La tilapia roja representa el porcentaje más alto con 43%, mientras la cachama participa con el 35%. Villavicencio es quien tiene el mayor números de metros cuadrados de espejo de agua con 979.000. Le siguen Lejanías con 830.000, Restrepo con 720.000, Castilla con 641.000, Guamal con 476.000, Puerto López con 568.000. Hay 5 municipios con más de 100.000 y lo demás poseen en grados menores, pero significativos.

Comentan los contertulios, mientras le chocan a una cachama moqueada con arroz y patacones, que aquellos escollos son guía de soluciones, lo cual deriva en una consigna: Investigar en el lecho del río. Así, desde 1988 la bióloga Miriam Lugo investiga en el Vichada con Yamú y Sapuara y después expertos y alumnos con otras variedades.

Un hecho blinda de la politiquería al IALL en la nominación de su Director, dice el Tigre. En 1991, accede a la Rectoría el profesor Guillermo Ochoa con padrinazgo de Ariel Infante. El DRI lo dirige Rosalía Beltrán y acá aterriza el político Alan Jara, como coordinador del Programa DRI-UNILLANOS. Esa arremetida clientelista que no pudo derrocar a Walter Vásquez, dada su especialidad, incide en el Acuerdo 079 de 1994 que crea el IALL, el cual define que el perfil de su Director corresponde a un profesor de planta experto en acuicultura.

El devenir del IALL, afirma el Alcaraván, depende de las neuronas de quienes producen nuevo conocimiento –que es el oro de la Universidad- el cual se transmite, puesto que al carecer de reinas y de terratenientes feudales, no tiene nada que ver con la miel del “Agro, Ingreso Seguro” y menos con la lotería de las empresas “fish”, que captan billete público, mientras sus gestores las quiebran, sin arrojar ningún resultado positivo.

Su dinámica, expresa en Tigre, tiene que ver con la ciencia de la cual dejó huellas el profesor Ortega, con las convocatorias de investigación, con publicaciones en revistas indexadas en el mundo científico y con resultados de investigación que se publican, como es la comprobación de los efectos teratogénicos en las especies acuáticas, de la mezcla glifosato y surfactantes con los que se realizan las aspersiones para erradicar cultivos de alcaloides.

¡Eso si es hacer patria!, remata la tertulia, mientras se solaza el Llano, con la bendición de las abundantes aguas que traen los vientos alisios del sur, desde esos surtidores maravillosos que son la Estrella Fluvial del Orinoco y la Hylea Amazónica, mientras el resto del Territorio sufre los efectos del fenómeno del niño, con oleadas de calor y merma aguda de agua dulce.

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