lunes, 9 de noviembre de 2009

Dilema y Consigna

En la coloquial tertulia dominguera solemos definir que todo saber hay que enseñarlo, lo cual implica estudiar a diario para que cada escrito motive a ir más allá de una simple hojeada y que también genere críticas o rechazos argumentados. Hemos sopesado que a veces surgen resquemores por complejidad temática, uso de palabras relegadas por el facilismo reductor del idioma, por ir contra la pervivencia feudal, por usar vocablos nativos o regionales o por la filosofía social que se considera un anacronismo. Nos recomiendan escribir para el común con un máximo de 350 palabras y por supuesto, sin que el contenido exija esfuerzo mental.

Sin embargo Tigre, nos sugiere un colega ampliar la acepción de América Primera o la Razón Primera. Ésta, se aclara, es el sustituto emancipado de la Europa Segunda que según Occidente, somos nosotros. El pensamiento subalterno y el impedimento para SER, es lo que pregona para América el eurocentrismo que considera que solo Occidente tiene la Razón Primera.

Hemos insistido, Alcaraván, en que la ola criminal que invade al mundo, se debe a la persistencia en un modelo basado en exclusiones y privilegios, para que los especuladores bancarios que están al mando, empobrezcan a las grandes mayorías y que el Gobierno, distraído en las mieles y en la repartición, deja al garete. Para ejercer el control social, erige un costoso aparato policivo que es más lascivo al poder y al dinero que la insaciable plutocracia, que caracterizamos en varias columnas. Tal modelo fracasa por doquier, porque se esgrime que todo debe funcionar para el logro de acumulación ampliada de capital en pocas manos.

La vez que comentaste Tigre, la idea de unos líderes respecto a un modelo comunicativo de conveniencia política, dilucidamos sobre la conformación óptima del equipo. Éste debe poseer sólida formación ideológica, prospectiva, con perspectiva clara en defensa de la biodiversidad, promotor de la soberanía alimentaria, experto en procesos sociopolíticos y con profundo bagaje cultural. Debe ser guía para desmarginalizar, luchar contra el racismo, afirmar la identidad y asirse a las claves de pertenencia. Es la manera Alcaraván, de evitar los bandazos por la gama ideológica que suelen darse en los compromisos programáticos, en los planes de desarrollo y en los conceptos que se publican en los medios, bandazos que por supuesto dan los despitados cadidatos cuando acceden al poder. Por esas razones, el dilema que tenemos de escribir para esperar el aplauso, se resuelve con la perspicacia de ofrecer a la comunidad un nutriente de pensamiento propio, el cual llega, cala y es reivindicador. Tal es la utopía que se contempla.

Es reiterativo Alcaraván, en nuestra tertulia mientras se resiembran helechos y heliconias, mentar el saber empíro-mágico que la cosmogonía nativa prodiga, en la preservación de la armonía entre los derechos del bien común y los derechos del bien particular, como devela Gregorio Baquero. Allí está resuelto el dilema de la América Primera, con plena capacidad para asirse en su autenticidad y aportarle al planeta su consigna de Razón Primera, liberadora de taras y pestes de Occidente que sumen en desgracia a los seres humanos y llevan al planeta a su destrucción.

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