Actos del postconflicto datan los
fenómenos y soslayan su génesis. Prima el “homo faber”. El “homo ludens” y el
“homo sapiens”, son irrelevantes. Por ello confunden conducta con cultura e
ignoran la violencia institucional. El pensamiento profundo, no emerge y análisis y propuestas carecen de perspectiva íntima. Tal es el caso de los estudios que propone
el PNUD.
¿Cómo hacer la paz desde las
regiones? Se hace si se reemplaza el crecimiento hacia afuera por el desarrollo
hacia adentro, lo cual es del saber indígena y logra armonía entre los derechos
del bien común y los del bien particular. Las pestes feudales del racismo, la
exclusión y la miseria, atornilladas en el seno social como algo inmanente, son
violencia institucional, como la grosera concentración del ingreso y la
riqueza, como el centralismo, como el nepotismo, como la corrupción.
Irrigar con escolios, saber
ancestral y sindéresis, como lo exigen las circunstancias, es urgente. Sin ello,
los eventos y análisis quedarán chucutos y serán falaces.