lunes, 18 de enero de 2016

Los cuarenta de UNILLANOS

Por Alberto Baquero Nariño

Unillanos nació ajena a las humanidades y tal peste deja secuelas. Como Rector 1986-1988 insistí en que esas disciplinas fueran parte del currículo. Por ello los Piapoco construyeron las casas indígenas, adquirimos para la biblioteca, en la Oveja Negra donde Gabo era socio cinco mil volúmenes de libros de historia, literatura, economía, sociología, política, geografía, filosofía y, se contrató a la escritora Silvia Aponte para que investigara sobre tradición oral. El resultado fueron dos tomos de “El pescador de tradiciones”.

Hubo protestas comandadas por la enquistada godarria… “esos libros son el diablo, Gabo es un comunista que huyó del país; los indios alteraban la imagen arquitectónica de la ciudadela y, es un error una investigadora sin títulos académicos”.

Tal era la abundante mala leche causada por el clientelismo, ante lo cual, cada afectado con esa actitud mezquina, respondió con una  tarea creativa que ahora disfrutamos.

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