Unillanos nació ajena a las
humanidades y tal peste deja secuelas. Como Rector 1986-1988 insistí en que esas
disciplinas fueran parte del currículo. Por ello los Piapoco construyeron las
casas indígenas, adquirimos para la biblioteca, en la Oveja Negra donde Gabo era
socio cinco mil volúmenes de libros de historia, literatura, economía,
sociología, política, geografía, filosofía y, se contrató a la escritora Silvia
Aponte para que investigara sobre tradición oral. El resultado fueron dos tomos
de “El pescador de tradiciones”.
Hubo protestas comandadas por la
enquistada godarria… “esos libros son el diablo, Gabo es un comunista que huyó
del país; los indios alteraban la imagen arquitectónica de la ciudadela y, es
un error una investigadora sin títulos académicos”.
Tal era la abundante mala leche causada
por el clientelismo, ante lo cual, cada afectado con esa actitud mezquina, respondió
con una tarea creativa que ahora
disfrutamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario