martes, 8 de septiembre de 2009

Zingar, amor de los alcaravanes

Es septiembre, mes para jugar albur a la rutina, mes en que la trompilicitud y la cuquisidad se aprestan para que el amor enaltezca su porción erótica. Mes que evidencia que sin tetas no hay paraíso. Inquiere el Tigre… ¿Fue en 1987 la génesis de la Alcaravanidad? Si, canta nostálgico el plumífero: La mítica corocora, que inspira el logosímbolo de Unillanos –aporte de Arturo Arango Mutiz- es la toñeca del Alcaraván… “Las aves que son emblema/ de los llaneros de siempre/ dan lustre a cada tertulia/ de la evocación serena”. Ora el Tigre… “Amores de alcaraván/ son con la garza morena/ o con bella corocora/ con visos de la cayena…”.

Estas elucubraciones se plasman en “Caminos Polvorientos”, dice el Alcaraván. El Tigre, gruñe frases de los pares: De Manuel Zapata Olivella… “Esta zoomorfología de la tragedia es un legado vivo en la tradición oral donde se funden las cicatrices del aborigen, del africano y del mestizo en la memoria del mito que no cesa de enmarañarse con nuevas vivencias en el canto, la copla y el relato…”; de Adolfo Rodríguez, el filósofo guariqueño de la neoetnia llanera… “Este libro prolífico y versátil lo atraviesan, de una a otra punta, tres coordenadas universales, que, amistosamente, se articulan y complementan: erotismo, ética y poesía. Priva el primero, esa territorialidad ‘donde se atalayan los misterios y la vida encuentra explicación’…”.

Son los relinchos de ardentía, dice el Alcaraván -con delirios equinos- o gorjeos y cacareos ornitológicos. Este símil, es imaginación simbólica llanera, según el semiólogo barinés Nelson Montiel Acosta, ajusta el Tigre.

Conjugación profusa de prosa y verso, agrega el Alcaraván, “Eros en su dilema/ de misterio y soledad/ transluce a la eternidad/ el sino de las tormentas”. La “Pirámide de la Sensualidad”, cuya base carga las arrecheras de lupanar... “Pasión sin cariño es un infierno/ donde se suelen refundir las ilusiones…”, ó, estampas demográficas… “Casos por montón hay en las zonas/ de tolerancia antigua y pueblerina/ donde coperas ardientes y genuinas/ de pronto se volvieron las matronas...”.

El segundo piso es el “Amor Burocrático”… “Es trueque de sexo por favores/ comercio soez de meretrices/ canje de influencia por placeres/ que dejan en el pueblo cicatrices”. Sigue “Hacer el Amor”… “Es el sexo delicioso de parejas/ con temple y tesón muy solidario/ amistad y amor extraordinarios/ que hacen llevaderas las nostalgias”.

Arriba está “El Encoñe”… “Son momentos deliciosos y durables/ donde se pierde la dimensión del tiempo/ cada quien disfruta del placer intenso/ y se agradece a Dios en ese instante”. Sigue el “Encoñe Encoñatorum”... “Pocos escalan a este quinto piso/ donde valorar al otro es manda/ de los dos nadie es sumiso/ sensual camino es el que se anda”.

En la cúspide… “Zingar torna hermosa la tormenta/ de amores desfogados y totales/ contemplación, caricia lenta/ y mutuo respeto a manantiales…”. El coloquio anhela que… “Ambos se admiren y se adoren/ y dejen de lado los temores/ ni celos ni desconfianza lleguen/ zingar es utopía en los amores”.

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